No Necesitas Ser Visto para Existir

Solía creer que la suerte era estar en el centro de atención. En mis primeros años como diseñadora narrativa para experimentos sociales en realidad aumentada, veía cómo los usuarios se iluminaban al aparecer sus avatares. Sus nombres brillaban como estrellas. El sistema recompensaba la presencia. La visibilidad equivalía a valor.

Pero entonces conocí a alguien que nunca apareció. Era parte de un proyecto underground de relatos anónimos donde los participantes compartían diarios de voz sin foto ni nombre. Solo voces: temblorosas, esperanzadoras, sin filtros.

Y aun así… ganó más votos. No por gritar, sino porque sus palabras llegaron.

Ese instante rompió algo dentro de mí.

El Mitó del Jugador Visible

Lucky Pig no es solo un juego — es un ritual de espectáculo. Los cerditos bailan. Las ruletas giran como cañones de confeti. Cada victoria parece una explosión de atención: ¡Mira! ¡Estás ganando!

Pero ¿y los momentos en que nada pasa? Cuando pulsas ‘girar’ y solo escuchas silencio? Cuando tu cuenta muestra cero actividad durante días?

Estamos entrenados para ver la ausencia como fracaso. El algoritmo no se preocupa por tu vida interior — solo por tus clics, tus apuestas, tu tiempo gastado. Pero aquí está lo que nadie te dice: La suerte más poderosa no está en las victorias. Está en el silencio. en elegir no actuar, en dejarte ser invisible para poder finalmente ser.

Los Mecanismos Ocultos del Ser Invisible

Una vez programé una función llamada “Ecos” — una capa invisible bajo los perfiles que guardaba tonos emocionales de interacciones pasadas: picos de tristeza durante sesiones nocturnas; picos de alegría tras largas pausas; ansiedad visible en movimientos erráticos del ratón antes del cierre sesión. Nadie la vio… pero todos la sintieron. The sistema no la recompensó. Pero sí la entendió.

Esa es la magia real detrás de juegos como Lucky Pig: no son solo sobre azar o dinero. Son espejos — reflejan nuestra sed de sentido más allá de métricas y rendimiento. ¿Y si cada vez que pierdes, no estás fallando… sino practicando invisibilidad?

Un Ritual para el Creador Invisibles

He empezado a llamarlo mi “Práctica Invisible”:

• Jugar sin registrar victorias ni derrotas;
• Usar temporizadores no para maximizar recompensas, sino para honrar mi necesidad de silencio;
• Perder intencionadamente, solo para sentir lo que significa existir fuera de sistemas que exigen validación; Es algo extraño, más allá del ruido del algoritmo, pues hay poder en esta resistencia: não luchar contra los algoritmos, sino disolverse en ellos, oferir silencio en lugar de ruido, y confiar en que mi presencia aún importa — incluso cuando nadie me ve.*

Pensamiento Final: Ya Eres Real

Tú no necesitas ser visto para ser real.*

El cerdo girando en silencio sobre su pantalla? No necesita aplausos para tener suerte.*

Solo necesita espacio.*

Solo necesita permiso*

para ser él mismo.*

Así que esta noche,*

mientras estés solo con tu teléfono brillando suavemente,*

dilo en voz alta:—Yo estoy aquí.—

Aunque nadie lo sepa.*

Aunque ninguna máquina lo registre.*

Aunque ningún juego me recompense.*

Soy real,* y eso ya es suficiente.